viernes, 23 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

FELIZ NAVIDAD

“He aquí te he purificado, y no como a la plata; te he escogido en horno de aflicción”

Isaías 48:10

Dios dice: “Te he escogido en horno de aflicción” Estas palabras: No suenan como una dulce calma en lo más profundo de nuestro corazón, ¿No es acaso como una tenue lluvia que viene a calmar los ardores de la llama en medio de nuestra prueba? O ¿No es acaso como una coraza contra el fuego quitándole su poder? hijas e hijos de Dios, todos pasamos por el horno de la aflicción, el punto es, como reaccionamos frente ella.

Hace unos días el médico me dijo que el problema con  mi rodilla era  irreversible, estuve preocupado, un tanto intranquilo. Tantos años esta rodilla me ayudó a escalar cerros, trochas, caminos, correr jugar, cruzar ríos, y  llevar el mensaje de Cristo por lugares increíbles, me pregunto, ¿si será el tiempo  de descansar? Esta mañana, al levantar, vino a mi corazón esta palabra:

“Te he escogido en horno de aflicción”

 Esto fue como un redescubrir la razón por la cual fuimos puestos en esta tierra. Entonces grité. Alma mía no te derrumbes todavía, Dios todavía está dentro de mí.  ¡Que venga la aflicción!  Dios está en mi casa. Enfermedad, puedes entrar, ya tengo el antídoto. Dios me ha escogido. Cualquiera que sea mi suerte gritaré: ¡Dios me ha escogido! ¡Dios me ha escogido!

Amigo, tu dolor, tristeza o alguna prueba no sea impedimento para disfrutar de la presencia de Jesús, especialmente en esta navidad. En medio del bullicio, de la algarabía de la fiesta, trata de oír el susurro de su voz diciéndote  “Bástate mi gracia”



                                                        FELIZ NAVIDAD MIS AMIGOS

lunes, 5 de diciembre de 2011

Armando el equipo de la Viña

                                            Cualidades esenciales para el trabajo

¿Qué es exactamente un equipo? Cuando Jesús llamó a sus primeros discípulos les dijo: “Síganme, y yo les haré pescadores de hombres” Estos hombres antes del llamado estaban acostumbrados a trabajar para si mismo en una pesca diaria, pero cuando oyeron la voz del Señor y le siguieron, se convirtieron parte de un equipo diferente y más grande, con pensamientos hacia valores eternos.
Jesús no vino a comentarnos temas comunes y a dar promesas, sino a enseñarnos como esforzarnos y pescar  juntos, a realizar una pesca trascendente  para el reino de Dios. Por eso, un equipo, es más que un simple grupo de personas. Un equipo es “pescar juntos uniendo nuestras fortalezas individuales y complementándonos unos a otros en nuestras debilidades para salir victoriosos”
 En este caso, nuestro equipo de la Viña es un equipo de avanzada para su desarrollo.

 ¿Que necesitamos para ser un equipo?

1. Necesitamos tener sueños comunes.

Nada importante ocurre sin un sueño. Para que algo grande llegue a suceder, se necesita un gran sueño. ¿Qué hay en tu corazón? ¿Qué te gustaría lograr mientras pasas por este mundo? La respuesta a estas preguntas solo la encontrarás a través de un sueño. Y para que ese sueño se haga realidad necesitamos un equipo. Porque a la verdad, uno es demasiado pequeño como para pretender hacer grandes cosas solo. Necesitamos transformarnos miembros de un equipo. Si queremos ver hecho realidad nuestros sueños acerca de la Viña de Santa Anita, necesitamos trabajar en equipo. Nos necesitamos unos a otros. Tú necesitas de alguien y alguien necesita de ti. Para hacer que la vida funcione a favor de nuestros sueños tenemos que descansar y apoyar, relacionarnos y responder, dar y recibir. Confesar y perdonar, alcanzar, abrazar y confiar. Ninguno de nosotros es un todo ni un sabelotodo. El juego tonto de jugar solo se ha acabado. Vamos a vincularnos. ¿Estás dispuesto ingresar e este equipo?  Si estás dispuesto, miremos rápidamente cual es ese sueño que nos une. (Ver la visión de la Iglesia)

2.  Necesitamos fortalecer la confianza unos a otros.

El primer atributo es la confianza, sobre ella se construye el resto de los atributos y es la base primaria de la creación de equipos. Muchas veces se intenta lograr Compromiso entre los miembros de un equipo sin antes lograr la confianza entre ellos: el resultado es un compromiso frágil que se desmorona ante la adversidad.

La confianza se construye más con hechos que con palabras. Cada componente del equipo debe tener una mente y un corazón abierto de manejar este dicho: “Cuando de contar se trata, los compañeros del equipo deben poder contar conmigo en forma incondicional, porque, no trabajo para él o para ella, menos para mí, sino para  lo que  hacemos juntos”

 Esta  es la esencia de la confianza. Pero esto no sucederá por casualidad o al azar, requiere de compromisos que unan nuestros corazones a pesar de circunstancias difíciles que podamos pasar. Para fomentar la confianza mutua, lograremos juntos lo que
hacemos. Por ejemplo: Nunca diremos. “Este triunfo es mío” sino, “de nosotros” Cuando alguien de nuestro equipo no puede avanzar, nuestro espíritu de equipo nos obliga a, si es posible cargarlo. Porque los triunfos o las derrotas no son individuales, sino de nuestro equipo.

Como todos somos adultos y totalmente maduros. Actuaremos en concordancia, y esperaremos lo mismo de quienes nos rodean.

No nos tendremos secretos. Todos compartiremos la información que nos afecta a todos, rápida y francamente trabajaremos para separar lo real de lo imaginario.

No nos mentiremos a nosotros mismos ni unos a otros. Ninguno de nosotros tolerará que alguno del equipo practique la falsedad o la hipocresía. La verdad será nuestra bandera de alta confiabilidad del uno con el otro.
Seremos hombres y mujeres de palabra. Diremos lo que queremos decir y haremos  lo que decimos y confiaremos en la palabra de los demás.

Mantendremos la calma y la serenidad en medio de los tiempos difíciles que pase nuestro equipo. Estaremos atentos unos de otros. Realmente creemos que somos guardas de nuestros hermanos. Por lo tanto, nos cuidaremos  unos a otros sin expectativas. 

Como parte del equipo jamás debemos sentirnos desplazados cuando otro toma nuestro lugar. Debemos ser concientes que el equipo necesita hacer ajustes para que cumpla su misión, pero nosotros seguimos siendo del equipo del reino de Dios. Ser parte del equipo del reino de Dios es más grande que jugar en una función específica.

3. Necesitamos protegernos unos a otros como miembros del equipo.

Esta cualidad es la clave del triunfo de todos los equipos grandiosos. Para que nuestro equipo tenga éxito, debemos protegernos mutuamente. El equipo sufrirá si alguien de nosotros solo tiene preocupación hacia sí mismo en forma egoísta.
El espíritu de comunidad es la que nos envuelve a ser uno. Nuestra comunidad  y comunión es nacida de lo alto, por lo tanto, estamos para crecer, trabajar y experimentar la presencia de Jesús juntos, dejando nuestros privilegios y derechos por debajo de los intereses comunes del equipo.
El lema de nuestro equipo será: “Puedes hacer lo que no puedo. Puedo hacer lo que no puedes. Juntos podemos hacer grandes cosas”

4. necesitamos comprometernos con el objetivo del equipo.

Construir un compromiso es una tarea difícil, porque tiene que ver con los intereses y valores de los integrantes de un equipo. Las personas se comprometen en la medida en que se sienten parte de algo, Muchos podemos estar en un equipo y no estar comprometidos con sus objetivos, simplemente estamos. En esta situación no estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos, ni a “ir más allá” en búsqueda de aportar el mayor valor al equipo.

Cuando nos comprometemos, damos lo mejor de nosotros y nos esforzamos plenamente para alcanzar los objetivos del equipo. La falta de compromiso puede estar dada por muchos factores, pero quizás uno de ellos y el que más atenta contra el compromiso, es la falta de alineación con los objetivos del equipo. Si hemos recorrido los pasos previos de tener sueños comunes: con la debida confianza  y la protección mutua, seguramente llegaremos al compromiso más rápidamente.

 Podemos tener los mejores jugadores en nuestro equipo y buenos recursos, pero eso no hace el equipo.  Todo miembro del equipo debe estar comprometido y dispuesto a sacrificar tiempo y energía a favor del equipo, sin ella, solo estaremos produciendo una “muerte lenta” de nuestros sueños de ser una Comunidad adoradora, una comunidad de compañerismo y una comunidad compasiva. Si el precio de ganar no lo pagamos todos, entonces todos tendremos que pagar el precio de perder. En ninguna cosa hay éxito sin sacrificio y nuestra comunidad no es la excepción.

 5. Necesitamos unir nuestros corazones en el arte de amar

Una de las características más sobresalientes de las enseñazas de Cristo, era la meta de la unidad en el arte amar entre sus discípulos (Su equipo) Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente y con toda tus fuerzas. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.” (Mr.12:30,31)

En este texto, Jesús nos llama a amar a Dios de una manera que abarque toda las dimensiones de nuestro ser: Corazón, alma, mente, y fuerzas. El amor por las personas es de manera similar, una motivación indomable y un producto natural resultante del amor a Dios.

Para preservar la unidad, Cristo nos dio una visión nueva de la esfera afectiva en su nombre, de llamarnos, “hermanos“Aplicar esta palabra “hermanos” a personas que no participan de los mismos lazos genéticos o de la misma historia familiar desde la más tierna infancia, es algo muy extraño. Sólo el nuevo nacimiento en Cristo, en forma misteriosa pero real,  nos hace  miembros de la familia de Dios. Esta familia  está más allá de los límites de los lazos genéticos, con una misma historia interior, en la cual cada miembro ha experimentado la gracia y el perdón para fusionarse en el amor.

Por eso, la unidad de nuestro equipo primordialmente debe estar  sustentada y sostenida en el arte de  amar, a tal punto que: El amor y el perdón llegue a ser  la mayor “venganza” a los que no nos pasan. Si  en nuestro equipo sentimos que nos falta la motivación lo mas seguro es que se nos ha agotado el combustible del amor. Es duro reconocer esto, pero es necesario. Dios ha diseñado el arte del amor como combustible de nuestro equipo.


6. Necesitamos practicar siempre una buena comunicación.

Un equipo solo puede triunfar con una buena comunicación. Necesitamos tener todos, el puente de acceso de la comunicación. Una comunicación franca, sincera, clara coherente y cortés. No queremos en nuestro equipo hombres, o mujeres que digan si a todo. Queremos que diga lo que piensa. En el equipo debatiremos, nos “devanaremos los sesos” hasta que quede  la mejor idea a favor del equipo, eliminando toda subjetividad. Pero una vez llegado a conclusión, seremos un equipo  de una misma idea y palabra. No habrá palabras de contradicción ni voces discordantes. Si esto no es así, no hay unidad de criterios,  la verdad es, que nuestro equipo no valdrá ni un céntimo. Por lo tanto, será mejor que aprendamos a vivir juntos como hermanos y hermanas, o moriremos juntos como necios. 

Que el amor del padre nos ayude a ser un gran equipo, un equipo de ensueño para su gloria.

martes, 15 de noviembre de 2011

Cuida tu Familia en la Fe

Miren cuánto nos ama el padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo Somos! (1 Juan 3:10)

 Para Dios, no hay nada en la tierra más valiosa y preciosa que su iglesia; Porque por ella pagó el precio más alto. La vida de su propio hijo, Jesús. Por eso quiere que la protejamos de cualquier división y cualquier espíritu de contienda.

Si ya eres parte de la familia de Dios es tu responsabilidad proteger la unidad y promover la comunión y la armonía donde te congregas.

La unidad y la armonía es el alma de la comunión si la destruyes habrás arrancado el corazón del cuerpo de Cristo.

Una iglesia unida es una fuente de bendición y gozo para todos los que están a su alrededor. (Salmos.133) La unidad y la armonía de los hermanos es buena y deliciosa.

LA FAMILIA DE DIOS ES TRASCENDENTE Y MAS IMPORTANTE

¿Sabes porque? Porque tu familia espiritual durará por la eternidad, mientras que tu familia natural es temporal. Nuestras familias en esta tierra son regalos maravillosos de Dios, pero son pasajeras y frágiles, a veces divididas por el divorcio, la distancia, la vejez e inevitablemente por la muerte. En cambio nuestra familia espiritual continuará por la eternidad. La unión es mucho más fuerte, un vínculo más permanente que la consanguinidad. El Apóstol Pablo lo expresa de esta manera:

 “Cuando pienso en lo sabio y amplio de su plan, me arrodillo y oro al padre de la gran familia, algunos miembros de esta gran familia ya están en el cielo y otros están todavía aquí en la tierra” (Gálatas 3:26)

LA  FAMILIA  DE DIOS ES VIVA Y DINAMICA

“También nosotros,  siendo muchos, formamos un solo cuerpo en cristo, y cada miembro está unido a todos los demás” (Romanos 12:5)

En la Biblia no hay ningún ejemplo de hijos de Dios como ermitaños, aislados de otros creyentes y privados de la comunión. No hay un “huérfano espiritual” sin  identidad. Dios nos creó para vivir en comunidad, para la comunión y para tener una familia.  Aunque nuestra relación con Cristo es personal, la intención de Dios no es que sea privada. En la familia de Dios  estamos conectados con todos los demás creyentes, y nos pertenecemos mutuamente por la eternidad.

 La iglesia no es un edificio o una organización. La iglesia es un cuerpo, un organismo vivo. Desvinculado y sin la fuente de vida que brinda el cuerpo de Cristo,  tu vida espiritual se marchitará y dejará de existir.  Por eso,  el primer síntoma del enfriamiento espiritual suele ser la asistencia irregular a las reuniones de celebración, a los grupos familiares  y otros encuentros de creyentes. Cuando descuidamos la comunión, todos los demás también se van a pique.

Así dice la Biblia:   “ya son ustedes, miembros de la familia de Dios, ciudadanos del país de Dios y conciudadanos de los cristianos de todas partes” (Efesios 2:19)

Reconoce tú código familiar

Cuando nace un bebé, él o ella se convierte automáticamente en parte de la familia universal de los seres humanos. Pero ese bebé también necesita ser miembro de una familia en particular para recibir el cuidado y el cariño que requiere para crecer, tener salud y ser fuerte. Con relación a la vida espiritual es igual. Cuando nacemos de nuevo, automáticamente pasamos a formar parte de la familia universal de Dios  pero también necesitamos ser miembros de una comunidad cristiana local. Sin ella no hay sentido de pertenencia y sin sentido de pertenencia tampoco hay compromiso. Vivir la vida de iglesia sin compromiso es, como una pareja  que quieren vivir juntos, pero sin comprometerse a formar un matrimonio sólido.  "Compromiso" es la clave en la vida cristiana. Te conviertes cristiano cuando comprometes tu vida a Cristo. Y te vuelves miembro de la iglesia, cuando te comprometes a vivir y compartir tu fe, con otros creyentes hasta llegar a decir:

 "Esta  va a ser mi iglesia, mi hogar espiritual. Ellos serán mi familia, donde yo voy a dar y me será  dado,  donde yo voy a servir y seré  servido, donde yo amaré y seré amado" 

¿Te sientes cómodo con la familia Viña? ¿Sientes gratitud a Dios por haberte traído a la Viña?  Si eso es así. Esta es tu familia. Nosotros también estamos felices de tenerte entre nosotros.

                      COMO PODRIAS CUIDAR A TU FAMILIA EN LA FE

Concentrándote en lo que tienes en común y no en las diferencias.

¿Qué tenemos de común? Tenemos un Señor, un padre, un Espíritu, Una misma esperanza, una fe, un bautismo un amor, una misma salvación, la misma vida y el mismo futuro, somos hermanos ¡Esto es lo relevante! El resto es carnalidad y diferencias personales; como diría Pablo son discusiones necias. (Rom.14:1,2) Por eso concentrémonos en lo que nos une no en lo que nos divide. Además. ¿Para que estamos como iglesia VIÑA?

Para adorar a Dios. Para tener comunión entre los hermanos, Para tener compasión por la gente que vive sin Dios  

Por lo general el conflicto es una señal de que estamos concentrándonos en otros asuntos menos importantes como cuestiones de interpretación, las preferencias, los estilos, o métodos.

Siendo realista con tus expectativas

La iglesia está compuesta de santos pecadores. Una cosa es la iglesia ideal y otra es la iglesia real. La madurez consiste en vivir con estas dos tensiones.

Si anhelas una iglesia ideal no critiques lo real porque eso es señal de inmadurez. No te desilusiones de la iglesia real, no la abandones, quédate a cambiar la situación, aprende a tener un espíritu de perdón y misericordia. Si te vas a la primera señal  de decepción o desilusión es señal de inmadurez. Lo más probable es que también pronto te decepcionarás de la nueva iglesia. Esfuérzate en que tu iglesia se convierta en la iglesia ideal.

Los de la Viña somos una tribu imperfecta. Necesitamos la gracia de Dios cada día. Necesitamos admitir que somos hombres y mujeres imperfectos que nos esforzamos en alcanzar por fe la patria celestial. Pongamos nuestro letrero de esta manera: “Bienvenidos a la comunidad de imperfectos”

Animando a la familia en ves de criticarlos
No dispares dardos contra tu propia familia. Cuando criticas a otros creyentes por lo que está haciendo por lo general estás interfiriendo los asuntos de Dios. ¿Qué derecho tienes tú de juzgar al siervo ajeno?  Solo Dios puede decidir si está mal o bien. (Rom.4:4)
Cuando juzgas o criticas a otro creyente, al instante te sucederán estás cinco cosas:

a)    Comienzas a perder la comunión con Dios
b)    Sacas a relucir tu propio orgullo e inseguridad
c)    Te colocas bajo el juicio de Dios
d)    Dañas la comunión y la unidad de tu iglesia
e)    Haz comenzado a ser un instrumento de Satanás( Ap.12:10)


 No aceptando escuchar chismes contra tu familia en la fe

Chismear es divulgar una información cuando uno no es parte del problema ni tampoco la solución. Si quieres cuidar tu iglesia, no aceptes ni escuches chismes. No te hagas socio del chismoso(a) Ten el valor de decirle al chismoso o a la chismosa: “Para, para, un momento. ¿Haz hablado directamente con esa persona? Si no está dispuesto hablar cara a cara con la persona es persona no es de confianza, porque, ¿acaso no hablará también de ti?

Practicando el método de Dios para dar solución a cualquier conflicto

  1. “Si tu hermano te ofende, ve y repréndelo en privado, si te presta atención haz ganado a tu hermano”
  2. “Pero si no te presta atención , lleva contigo a una o a dos personas para que por boca de dos o tres testigos confirme todo asunto”
  3. “Y si tampoco a ellos presta atención, dilo a la congregación, y si tampoco presta atención a la congregación, considéralo publicano y gentil.

No intentes quejarte a un tercero si no haz tenido la valentía de solucionar  tu conflicto con la persona con quien estás disgustado.

Siendo un buscador de la reconciliación antes que de la solución.

No es realista esperar que todos nos pongamos de acuerdo en todo. La reconciliación se enfoca en la relación, mientras que la solución se concentra en el problema. Cuando nos concentramos en la reconciliación el problema pasa al segundo plano. Podemos estar reconciliados sin haber resuelto nuestra diferencia. Podemos caminar abrazados juntos sin ver las cosas de la misma forma.  Recuerda: Dios no quiere la uniformidad sino la unidad en armonía. La reconciliación consiste en enterrar el arma, no el asunto. El asunto podemos encontrarle solución en un dialogo de amor y armonía.

A propósito: ¿Con quién necesitas restaurar el compañerismo? No postergues ni un segundo.
Ahora mismo conversa Dios sobre esa persona. Luego comienza la búsqueda de la reconciliación. Dios lo exige nosotros también porque te amamos.

Practicando el arte de amar

Una de las características más sobresalientes de las enseñazas de Cristo, era en el arte amar. El dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente y con toda tus fuerzas. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.” (Mr.12:30,31)

El amor que debemos entregar a nuestra familia de la fe abarca toda las dimensiones de nuestro ser: Corazón, alma, mente, y fuerzas. La vida sin amor no tiene sentido. Pablo dice. “No importa lo que diga, lo que crea, o lo que haga, sin amor estoy en quiebra” Por eso el objetivo de nuestra vida debe ser amar. Si ten sientes desmotivado asistir a las reuniones de adoración junto con tu familia de la fe, lo mas seguro es que se te ha agotado el combustible del amor. El arte de amar es el combustible de todo hijo de Dios.

¿Sabias que, el día que lleguemos a la presencia de Dios, Dios nos evaluará  en la eternidad con las reglas del amor? El no nos pedirá que le contemos sobre nuestra carrera profesional, nuestra cuenta de ahorros, o nuestras diversiones, sino que nos pedirá cuanto amamos a otras personas.

Amar es una inversión

Siempre decimos: “El tiempo es oro” El tiempo es el regalo más preciado que hemos recibido de Dios porque es limitado. Cuando dedicas tu tiempo a una persona, le estás entregando una porción de tu vida  que nunca lo podrás recuperar. Nuestro tiempo es nuestra vida. Por eso, el mejor regalo que puedes dar a alguien es tu tiempo.

¿Cuando es el mejor momento para amar?

El mejor momento para amar es AHORA. Porque tu no sabes si tal ves sea tu última oportunidad.  La gente se mudan, se mueren, los hijos crecen, no hay garantía para el mañana. Si quieres expresar tu amor comienza ahora mismo. El mejor momento de amar es ahora mismo.

¿Eres vengativo o vengativa? El amor y el perdón lleguen a ser  el arma más poderosa de tu  “venganza” a los que no te pasan.

Si estás arto de la comunión falsa en tu familia  de la fe comienza ahora mismo tu ha ser sincero. Y determina practicar la verdad. Jamás te quedes en silencio cuando veas que tu familia se ha lastimado o te han lastimado. Es triste, pero la falta de sinceridad ha destruido miles de relaciones. (Gàl.6:1,2)