martes, 15 de noviembre de 2011

Cuida tu Familia en la Fe

Miren cuánto nos ama el padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo Somos! (1 Juan 3:10)

 Para Dios, no hay nada en la tierra más valiosa y preciosa que su iglesia; Porque por ella pagó el precio más alto. La vida de su propio hijo, Jesús. Por eso quiere que la protejamos de cualquier división y cualquier espíritu de contienda.

Si ya eres parte de la familia de Dios es tu responsabilidad proteger la unidad y promover la comunión y la armonía donde te congregas.

La unidad y la armonía es el alma de la comunión si la destruyes habrás arrancado el corazón del cuerpo de Cristo.

Una iglesia unida es una fuente de bendición y gozo para todos los que están a su alrededor. (Salmos.133) La unidad y la armonía de los hermanos es buena y deliciosa.

LA FAMILIA DE DIOS ES TRASCENDENTE Y MAS IMPORTANTE

¿Sabes porque? Porque tu familia espiritual durará por la eternidad, mientras que tu familia natural es temporal. Nuestras familias en esta tierra son regalos maravillosos de Dios, pero son pasajeras y frágiles, a veces divididas por el divorcio, la distancia, la vejez e inevitablemente por la muerte. En cambio nuestra familia espiritual continuará por la eternidad. La unión es mucho más fuerte, un vínculo más permanente que la consanguinidad. El Apóstol Pablo lo expresa de esta manera:

 “Cuando pienso en lo sabio y amplio de su plan, me arrodillo y oro al padre de la gran familia, algunos miembros de esta gran familia ya están en el cielo y otros están todavía aquí en la tierra” (Gálatas 3:26)

LA  FAMILIA  DE DIOS ES VIVA Y DINAMICA

“También nosotros,  siendo muchos, formamos un solo cuerpo en cristo, y cada miembro está unido a todos los demás” (Romanos 12:5)

En la Biblia no hay ningún ejemplo de hijos de Dios como ermitaños, aislados de otros creyentes y privados de la comunión. No hay un “huérfano espiritual” sin  identidad. Dios nos creó para vivir en comunidad, para la comunión y para tener una familia.  Aunque nuestra relación con Cristo es personal, la intención de Dios no es que sea privada. En la familia de Dios  estamos conectados con todos los demás creyentes, y nos pertenecemos mutuamente por la eternidad.

 La iglesia no es un edificio o una organización. La iglesia es un cuerpo, un organismo vivo. Desvinculado y sin la fuente de vida que brinda el cuerpo de Cristo,  tu vida espiritual se marchitará y dejará de existir.  Por eso,  el primer síntoma del enfriamiento espiritual suele ser la asistencia irregular a las reuniones de celebración, a los grupos familiares  y otros encuentros de creyentes. Cuando descuidamos la comunión, todos los demás también se van a pique.

Así dice la Biblia:   “ya son ustedes, miembros de la familia de Dios, ciudadanos del país de Dios y conciudadanos de los cristianos de todas partes” (Efesios 2:19)

Reconoce tú código familiar

Cuando nace un bebé, él o ella se convierte automáticamente en parte de la familia universal de los seres humanos. Pero ese bebé también necesita ser miembro de una familia en particular para recibir el cuidado y el cariño que requiere para crecer, tener salud y ser fuerte. Con relación a la vida espiritual es igual. Cuando nacemos de nuevo, automáticamente pasamos a formar parte de la familia universal de Dios  pero también necesitamos ser miembros de una comunidad cristiana local. Sin ella no hay sentido de pertenencia y sin sentido de pertenencia tampoco hay compromiso. Vivir la vida de iglesia sin compromiso es, como una pareja  que quieren vivir juntos, pero sin comprometerse a formar un matrimonio sólido.  "Compromiso" es la clave en la vida cristiana. Te conviertes cristiano cuando comprometes tu vida a Cristo. Y te vuelves miembro de la iglesia, cuando te comprometes a vivir y compartir tu fe, con otros creyentes hasta llegar a decir:

 "Esta  va a ser mi iglesia, mi hogar espiritual. Ellos serán mi familia, donde yo voy a dar y me será  dado,  donde yo voy a servir y seré  servido, donde yo amaré y seré amado" 

¿Te sientes cómodo con la familia Viña? ¿Sientes gratitud a Dios por haberte traído a la Viña?  Si eso es así. Esta es tu familia. Nosotros también estamos felices de tenerte entre nosotros.

                      COMO PODRIAS CUIDAR A TU FAMILIA EN LA FE

Concentrándote en lo que tienes en común y no en las diferencias.

¿Qué tenemos de común? Tenemos un Señor, un padre, un Espíritu, Una misma esperanza, una fe, un bautismo un amor, una misma salvación, la misma vida y el mismo futuro, somos hermanos ¡Esto es lo relevante! El resto es carnalidad y diferencias personales; como diría Pablo son discusiones necias. (Rom.14:1,2) Por eso concentrémonos en lo que nos une no en lo que nos divide. Además. ¿Para que estamos como iglesia VIÑA?

Para adorar a Dios. Para tener comunión entre los hermanos, Para tener compasión por la gente que vive sin Dios  

Por lo general el conflicto es una señal de que estamos concentrándonos en otros asuntos menos importantes como cuestiones de interpretación, las preferencias, los estilos, o métodos.

Siendo realista con tus expectativas

La iglesia está compuesta de santos pecadores. Una cosa es la iglesia ideal y otra es la iglesia real. La madurez consiste en vivir con estas dos tensiones.

Si anhelas una iglesia ideal no critiques lo real porque eso es señal de inmadurez. No te desilusiones de la iglesia real, no la abandones, quédate a cambiar la situación, aprende a tener un espíritu de perdón y misericordia. Si te vas a la primera señal  de decepción o desilusión es señal de inmadurez. Lo más probable es que también pronto te decepcionarás de la nueva iglesia. Esfuérzate en que tu iglesia se convierta en la iglesia ideal.

Los de la Viña somos una tribu imperfecta. Necesitamos la gracia de Dios cada día. Necesitamos admitir que somos hombres y mujeres imperfectos que nos esforzamos en alcanzar por fe la patria celestial. Pongamos nuestro letrero de esta manera: “Bienvenidos a la comunidad de imperfectos”

Animando a la familia en ves de criticarlos
No dispares dardos contra tu propia familia. Cuando criticas a otros creyentes por lo que está haciendo por lo general estás interfiriendo los asuntos de Dios. ¿Qué derecho tienes tú de juzgar al siervo ajeno?  Solo Dios puede decidir si está mal o bien. (Rom.4:4)
Cuando juzgas o criticas a otro creyente, al instante te sucederán estás cinco cosas:

a)    Comienzas a perder la comunión con Dios
b)    Sacas a relucir tu propio orgullo e inseguridad
c)    Te colocas bajo el juicio de Dios
d)    Dañas la comunión y la unidad de tu iglesia
e)    Haz comenzado a ser un instrumento de Satanás( Ap.12:10)


 No aceptando escuchar chismes contra tu familia en la fe

Chismear es divulgar una información cuando uno no es parte del problema ni tampoco la solución. Si quieres cuidar tu iglesia, no aceptes ni escuches chismes. No te hagas socio del chismoso(a) Ten el valor de decirle al chismoso o a la chismosa: “Para, para, un momento. ¿Haz hablado directamente con esa persona? Si no está dispuesto hablar cara a cara con la persona es persona no es de confianza, porque, ¿acaso no hablará también de ti?

Practicando el método de Dios para dar solución a cualquier conflicto

  1. “Si tu hermano te ofende, ve y repréndelo en privado, si te presta atención haz ganado a tu hermano”
  2. “Pero si no te presta atención , lleva contigo a una o a dos personas para que por boca de dos o tres testigos confirme todo asunto”
  3. “Y si tampoco a ellos presta atención, dilo a la congregación, y si tampoco presta atención a la congregación, considéralo publicano y gentil.

No intentes quejarte a un tercero si no haz tenido la valentía de solucionar  tu conflicto con la persona con quien estás disgustado.

Siendo un buscador de la reconciliación antes que de la solución.

No es realista esperar que todos nos pongamos de acuerdo en todo. La reconciliación se enfoca en la relación, mientras que la solución se concentra en el problema. Cuando nos concentramos en la reconciliación el problema pasa al segundo plano. Podemos estar reconciliados sin haber resuelto nuestra diferencia. Podemos caminar abrazados juntos sin ver las cosas de la misma forma.  Recuerda: Dios no quiere la uniformidad sino la unidad en armonía. La reconciliación consiste en enterrar el arma, no el asunto. El asunto podemos encontrarle solución en un dialogo de amor y armonía.

A propósito: ¿Con quién necesitas restaurar el compañerismo? No postergues ni un segundo.
Ahora mismo conversa Dios sobre esa persona. Luego comienza la búsqueda de la reconciliación. Dios lo exige nosotros también porque te amamos.

Practicando el arte de amar

Una de las características más sobresalientes de las enseñazas de Cristo, era en el arte amar. El dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente y con toda tus fuerzas. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.” (Mr.12:30,31)

El amor que debemos entregar a nuestra familia de la fe abarca toda las dimensiones de nuestro ser: Corazón, alma, mente, y fuerzas. La vida sin amor no tiene sentido. Pablo dice. “No importa lo que diga, lo que crea, o lo que haga, sin amor estoy en quiebra” Por eso el objetivo de nuestra vida debe ser amar. Si ten sientes desmotivado asistir a las reuniones de adoración junto con tu familia de la fe, lo mas seguro es que se te ha agotado el combustible del amor. El arte de amar es el combustible de todo hijo de Dios.

¿Sabias que, el día que lleguemos a la presencia de Dios, Dios nos evaluará  en la eternidad con las reglas del amor? El no nos pedirá que le contemos sobre nuestra carrera profesional, nuestra cuenta de ahorros, o nuestras diversiones, sino que nos pedirá cuanto amamos a otras personas.

Amar es una inversión

Siempre decimos: “El tiempo es oro” El tiempo es el regalo más preciado que hemos recibido de Dios porque es limitado. Cuando dedicas tu tiempo a una persona, le estás entregando una porción de tu vida  que nunca lo podrás recuperar. Nuestro tiempo es nuestra vida. Por eso, el mejor regalo que puedes dar a alguien es tu tiempo.

¿Cuando es el mejor momento para amar?

El mejor momento para amar es AHORA. Porque tu no sabes si tal ves sea tu última oportunidad.  La gente se mudan, se mueren, los hijos crecen, no hay garantía para el mañana. Si quieres expresar tu amor comienza ahora mismo. El mejor momento de amar es ahora mismo.

¿Eres vengativo o vengativa? El amor y el perdón lleguen a ser  el arma más poderosa de tu  “venganza” a los que no te pasan.

Si estás arto de la comunión falsa en tu familia  de la fe comienza ahora mismo tu ha ser sincero. Y determina practicar la verdad. Jamás te quedes en silencio cuando veas que tu familia se ha lastimado o te han lastimado. Es triste, pero la falta de sinceridad ha destruido miles de relaciones. (Gàl.6:1,2)